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  • Foto del escritorRubén Cano Mendoza

La experiencia de lo privado y lo público en comunicación

Escrito por Rubén Cano, CEO de Cano & Mc Gregor



Hace exactamente 20 años, luego de una corta etapa en medios de comunicación, incursioné en la comunicación corporativa en una de las consultoras más importantes del Perú y de las más influyentes a nivel global. La energía por aprender y avanzar me permitió hacer una carrera sólida en ese espacio, pero siempre arrastré un marcado interés por la política. Recuerdo, por ejemplo, que cuestionaba a los directivos de la compañía de por qué no entrábamos a hacer consultoría en el ámbito político o público y la respuesta siempre era que ese mundo tenía muchos riesgos, generaba mucha burocracia en procesos y en el mundo privado todo siempre era más ágil. Era cierto, por aquellos años había aspectos no tan formales que ahuyentaban a los comunicadores corporativos de lo público. Ahora, 20 años después, todo ha cambiado.


Cuando decidí hacer la maestría en Ciencia Política recuerdo que mis colegas decían “por qué no haces un MBA, qué haces estudiando política”. La gente no entendía cómo podía gustarme ese “mundo oscuro” de la política. En retrospectiva, fue de las mejores decisiones que he tomado en la vida. Tan solo esa decisión me abrió las puertas al mundo de la comunicación política. Tenía ya 10 años de experiencia en lo corporativo, con una Maestría en Ciencia Política a cuestas, y me invitaron a una campaña electoral. Arriesgué y renuncié a una posición muy ventajosa en el corporativo para lanzarme a una piscina que no sabía si estaba llena o vacía, pero la experiencia y las personas que conocí resultaron muy valiosas, tanto que ganamos la elección y, gracias a ello, ingresé al Estado.


Una de las lecciones más valiosas fue darme cuenta de que se tenía mucha subestimación a los funcionarios públicos desde el corporativo, lo que era tremendamente injusto. Creo que el problema reside, como en todo, en que a veces uno solo ve las cosas desde su propia perspectiva y bajo un paradigma insertado como un chip por el consenso general. Sin embargo, en política uno aprende que el consenso general es relativo.


Con toda esa experiencia a cuestas, habiendo sido Dircom en varios organismos públicos, ministerios y ya como secretario de comunicaciones de la PCM –el órgano rector de la comunicación en el Perú–, me embarqué en esto que señalo en la última entrevista en la que participé: la evangelización. Pero no solo de la comunicación per se, sino de la comunicación de lo público y de lo privado con sus particularidades, cada uno con su lógica y, más aún, de cómo ambas experiencias pueden generar sinergias tanto para lo público como para lo privado. En ello aparece la política como el elemento que cambia la lógica de todo. Por eso creo que los comunicadores, tanto de lo privado, pero sobre todo de lo público, deben saber de política. Eso cambia completamente la percepción de las cosas y permite elevar el nivel de nuestro ejercicio profesional, sobre todo, en un país en el que el aspecto político y social determina la sostenibilidad de cualquier proyecto, sea empresarial o público.


Una de las grandes deudas que existen en la comunicación es que no contamos con normativa y políticas que permitan a los comunicadores hacer bien su trabajo. Actualmente todo depende de la discrecionalidad de cada uno, lo que influye en el resultado final. Las experiencias de comunicación más exitosas siempre han dependido claramente de los mejores perfiles que han tenido que lidiar a su manera con ese espacio oscuro entre las normas estatales generales y la ausencia de normas específicas de comunicación.


En mis últimas experiencias liderando la Secretaría de Comunicación Social de la PCM, junto con un valioso equipo multidisciplinario, desarrollamos un proyecto de Ley de Comunicación Pública y una Política Nacional de Comunicación que establezcan de una buena vez un marco de acción claro de la comunicación en el Perú. La falta de continuidad de las gestiones de los últimos años ha generado que estos procesos se interrumpan y quede en una construcción heroica propia que venimos trabajando desde Cano & Mc Gregor, consultora de comunicación y asuntos públicos que dirijo.



Por eso, espacios como Punto Medio, en el que cuento de mi experiencia en comunicación corporativa y comunicación pública, resultan fundamentales para la evangelización de nuestra materia. Ahora bien, la evangelización no solo es brindar tus ideas desde esta tribuna o exponerlas en tus redes sociales. Debemos trabajar en otros ámbitos, en la academia, en grupos profesionales, debemos movilizarnos. Solo así transformaremos el mundo. Y el sustento más importante que tenemos no solo es que la comunicación se pueda medir y podamos contar con sus KPI, eso ya lo sabemos. Lo más importante de todo es que la comunicación pública salva vidas. Ese es su propósito. Por eso es tan importante construir una base sólida que la consolide como una política pública en sí misma y no como una mera herramienta de soporte.


Por todo ello, agradezco a Emil Caillaux (@emilcDC) por esta entrevista en la que, junto con el buen Fernando Ratto (@ciertopeje), hemos podido tocar el tema con mayor profundidad. Sigamos evangelizando.


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